martes, 20 de octubre de 2009

Lisa

My dearest Lisa:

You're not gonna belive this, but I'm acctually writing in english and I'll translate it latter because I can't write about you in spanish. For some reason the words just won't come to my head. I'm sure that, in a way, it can be flattering for your teaching skills.

You are the last and most important of the characters I'm going to introduce in this chonircles of my trip to the north. I told you, before I came back, that one day I'd find the way to thank you for everything. I give up, I can't. I've been trying for days and days and every word I write sounds empty, useless... I've written lines and lines for days and I can't get anything I like. It's weird.

The truth is, my dear Lis, you changed my life, simply changed my life. I think I'll never know how you did it and, to be honest, I don't think you will, either.

All I can do now is remember.

I know you would expect something funnier or more acid from me, but the truth is I can't. It's rather different to talk to you than talking about you.

Talking to you is easy: one can look into your immense blue eyes and the whole world can blow into pieces, nobody would care. When you smile you light up the world. That tough face you always have for the street doesn't really fool anyone.

Now, talking about you is one of the hardest things I've ever tried. It's been several months and I can't fully express why you became so important. Maybe I never will. All I know is you where always ready to joke, to make fun of me or yourself or somebody else, that you never took to heart anything except us. I even saw you cry once for a graduating student.

I had once the wonderful opportunity of sharing a cup of coffee with you in the beach (weird, usually I have beer in the beach, or at least piñas coladas) and it was one of my best days in the north of the continent. We talked for hours, it felt like days but I wanted it to be for years. Still, we had the sunset for ourselves... now I love the sunset and, in my mind, I share every single one I see with you.

This is all I can do in english. It's frustrating, and embarrassing after all the patience you had... but what can you do? I'm a bonehead for languages. I really wish I could say more. All I can tell you is please, keep that smile on your face and your wonderful blue eyes wide open, so we can see them. Please never take that joy away from us.

Thank you for everything, my dear friend. I miss you a lot. I'll miss you always, so I'll always be thinking of you.

From the belly button of the moon...

Lots of love. Kisses.

Oscar Javier Orozco Plascencia.
____________________________________________________________________

Mi queridísima Lisa:

No vas a creer esto pero de hecho escribí en inglés y después lo traduje porque no puedo escribir sobre tí en español. Por algún motivo las palabras simplemente no me vienen a la mente. Aunque creo que, de algún modo, puede ser también halagador para tus habilidades como maestra.

Tú eres el último y más importante de los personajes que introduciré en estas crónicas de mi viaje al norte. Te dije, antes de volver, que un día encontraría la forma de agradecerte por todo. Me rindo, no puedo. He tratado por días y días y cada palabra que escribo suena a hueco, inútil... he escrito lineas y lineas por días y no logro obtener nada que me guste. Es extraño.

La verdad es, mi querida Lis, que cambiaste mi vida, simplemente cambiaste mi vida. Creo que nunca sabré cómo lo hiciste y, para ser honesto, creo que tú tampoco.

Ahora sólo me queda recordar.

Sé que esperas de mí algo más gracioso o más ácido, pero la verdad es que no puedo. Hablar contigo es muy distinto de hablar sobre tí.

Hablar contigo es fácil: uno puede mirar en tus inmensos ojos azules y el mundo entero puede volar en pedazos, a nadie le importaría. Cuando sonríes iluminas el mundo. Esa cara dura que pones en la calle en realidad no engaña a nadie.

Ahora, hablar de tí es una de las cosas más difíciles que he intentado en mi vida. Han sido varios meses y todavía no puedo expresar enteramente por qué te volviste tan importante. Quizá nunca lo logre. Todo lo que sé es que siempre tuviste lista una broma, siempre estuviste preparada para burlarte de mí o de tí misma o de alguien más, que nunca te tomaste muy a pecho nada excepto a nosotros. Incluso te ví llorar por un alumno que se graduaba.

Una vez tuve la maravillosa oportunidad de compartir contigo una taza de café frente a la playa (cosa rara, yo generalmente tomo cerveza en la playa, o al menos piñas coladas) y fue, sin duda, uno de mis mejores días en el norte del continente. Hablamos por horas que parecieron días y hubiera querido que fueran años. Aún así, tuvimos la puesta del sol para nosotros... ahora amo las puestas de sol y, en mi mente, comparto cada una que veo contigo.

Eso es todo lo que mi inglés da. Es frustrante y un tanto vergonzoso, después de la paciencia que me tuviste pero, ¿qué puedo hacer? Soy un cabezadura para los idiomas. En verdad me gustaría poder decir más. Todo lo que se me ocurre ahora es: por favor, mantén siempre esa sonrisa y tus maravillosos ojos azules bien abiertos para que todos podamos verlos. No nos quites esa dicha nunca.

Gracias por todo, mi querida amiga. Te extraño muchísimo. Te extrañaré siempre, así que siempre pensaré en tí.

Desde el ombligo de la Luna...

Todo mi cariño. Besos.

Oscar Javier Orozco Plascencia.