jueves, 27 de agosto de 2009

En donde se da el principio I

Siguiendo con el relato de aquellos andares les presentaré los e-mailes que siguieron al de la publicación anterior, como referencia histórica de las futuras entradas.

En aquellos días -así dicen siempre los curas cuando leen el evangelio, no sé por qué- envié, poco después, este otro mensaje (nótese que estos correos, por cuestiones de incapacidad tecnológica, fueron escritos sin acentuación, detalle que he tratado de corregir, pero igual si la calabacié se amuelan).

19 de Agosto del 2008.

Querida familia, de sangre y de afecto:

Continúo, brevemente, con otro capitulito de la crónica de mis andanzas por estas nórdicas tierras.

CAPITULO II: EN DONDE SE TRATA DE LOS PRIMEROS DÍAS QUE OSCAR, EL JOVEN (o sea yo), PASÓ EN LAS TIERRAS DE LOS PINOS, DE LO QUE AHÍ LE ACAECIÓ Y OTRAS COSAS DIGNAS DE SER CONTADAS.

Habiendo llegado a Vancouver después de no dormir por casi 36 horas (dado que no pude dormir en el avión, porque el animal que venía al lado de mí me despertaba cada vez que estaba a punto de lograrlo... un méndigo pocho de Sonora que se sentía Pedro Navajas), di con el edificio donde ahora vivo, mismo que es una mole frente a la playa. No puedo describirles el calibre de los atardeceres que me he recetado desde el balcón en el piso 30.

La semana pasada tuvimos un calorón insoportable. Se supone que esta semana va a llover y refresacará. En fin, volviendo a lo de mi llegada: Arribé molido y mis cuates, Oscar -que es mi cuate desde la secundaria- y el Tío -que es un andaluz de Almería bien buena onda- estaban en la chamba. Aquí en el edificio viven unos primos del Oscar, particularmente un poblano que se llama Rubén y que se pasó de buena onda, con el recogí la llave del departamento y ahí, mas menos, finalizó la onda del viaje.

Al día siguiente, como les contaba, el Rubén, que no está chambeando orita, me mostró la ciudad... he caminado en estos 4 días más que en los últimos 4 años. Recorrí casi todo el centro (que es donde vivo) y regresamos por el Stanley Park, que es un parquesototote público; es un bosque de pino en el mero centro de la ciudad (o sea como los colomos, pero mas tupidón jejeje). Me cai que me esta gustando aquí, nomás que está medio difícil acostumbrarse al exceso de orden, porque aquí la calle se cruza por la rayita y si no hay rayita pos hay que pasarse enfrente pa' cruzar y ondas así... si caminas por la ciclovía te la rayan y si bicicleteas por la de peatones también, en fin.

La chamba todavía no sale, se supone que en estos días me llama un wey que me va a dar chamba, nomás estoy esperando que me diga cuando empiezo. Pero como se supone que va a estar lloviendo todos los días, asi que se medio va a caer el negocio mientras dure el agua, a ver qué sale... ojalá pueda conseguir algo pa' pintar interiores y, con eso, ya no hay bronca, no se detiene la chamba.

Me estoy aventando otro atardecer de esos espectaculares. En fin, que no hay mucho que hacer estos días... yo creo que mientras me cae algo voy a ponerme a correr y esas ondas, si cruzo la calle estoy en la playa y esta de pelísimos para salirse a trotar.

Orita el negro se discutió con una carnita en salsa verde y unos frijolitos de lata bastante decentes... mañana me toca a mi el arroz con carne de puerco. El que se discute machín rin en la cocina es el Tío, que hace un par de días nos recetó unas lentejas con no sé cuanta cosa y pollo. Ayer hicimos el super... méndigos canacos están locos, un mugroso filetito sale como en 6 dolarucos, lo que va a estar mejor va a ser comprar la bolota de carne y ponerme aqui a filetearla, porque un mugroso filete, el mas delgado que encuentras, pesa casi medio kilo y la carne de res no esta muy buena, lo mejorcito es el puerco.

En otros asuntos, les contaré que las canadiensas son impresionantes: son grandotas, güeras, piernudas y espaldonas, dicho de otro modo, cualquiera me la raja en dos segundos.... o sea que se podrán imaginar con cierta facilidad que mal salgo a la calle y empiezo con una salivación profusa, profusísima. El sábado una argentina muy linda me dijo papacito... es largo de explicar pero era un mal chiste y la chica lo hizo bueno... de no ser porque andaba con un gorila que quería que la chica se fuera a vivir con él, igual y le hubiera caído... pero también se hubieran caído mis dientes.

En fin, que hasta ahora me la estoy pasando de peluches, a ver que tal nos va ahora que Juanito ya me amenazó conque ahí viene. Esperemos que todo siga tan chido como hasta ahora y que me llamen pronto porque ya me aburrí de estar aquí tirado. Aunque no lo crean, a veces los extraño... así que cuando sucede de volada me salgo a ver güeras y se me olvidan ustedes por completo jajajaja.

Cuídense mucho, familia. Seguiremos alimentando estas crónicas... si alguno desea dejar de recibir estos correos, se amuela porque se los voy a seguir mandando, jejejeje.

Un abrazototote a todos, mi gente, todos ustedes.

Desde Vancouver, Canada.

Oscar J. Orozco, El Tuercaslocas.


Cabe destacar que las güeras no son los especímenes que más abundan en aquellos rumbos, más aún, me atrevería a decir que los razgos asiáticos son casi más comunes que los nórdicos... es sólo que no estaba atento más que a lo que quería ver.

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