sábado, 29 de agosto de 2009

En donde se da el principio II

Sábado, 13 de Septiembre de 2008.

Hola hola a todos, querida familia, los electos y los de sangre.

Ahí sabrán astedes dispensar que háigame yo tardado en enviar mayores noticias pero, dado que la última vez juí severamente reprendido que porque mis correos eran muy largos y se cansaban leyéndolos, pos decidí tomarme mi tiempo para dar cuenta mayor de las peripecias que me acaecen por estos lares, teniendo así la oportunidad de relatar mayor cosa en más resumido formato.

CAPÍTULO III: En donde se hace mención a la forma en que Oscar, el Joven, conoció a su patrón, cómo consiguió la chamba, el curioso asunto de amueblar la vivienda y otras cosas que merecen ser contadas, así como la llegada de un nuevo habitante temporal del piso 30.

Habiendo estado yo en la mayor de las relajadas formas posibles durante algunos días, vino el Tío y díjome: - Creo que ya te tengo trabajo, meeen.Un amigo de mi jefe me dijo que necesita a alguien para la próxima semana -. Dicho lo cual quedé a la espera de que el tal tipo me llamara. Un par de días después lo hizo y me advirtió que el trabajo iba a comenzar hacia el final de la semana, cosa que en algo me tranquilizó.

Dediqueme nuevamente a la contemplación hasta que el Cabito consiguió los afamados sillones que requeríamos para el piso 30. Fuimos por ellos como a unas 8 o 10 cuadras de aquí y pensábamos cargarlos de regreso - teniendo en cuenta que, según nosotros, era un sofá muy liviano -. Al llegar al lugar nos percatamos de que, si bien el sillón era efectivamente muy liviano, no era uno, sino tres. El Cabito, que es un poco necio para estos menesteres, insistió en llevarlos todos de un jalón y, sin más remedio, accedí. A la mitad de la primera cuadra el pobre hombre pidió esquina (afortunadamente no fui yo, que todavía podía dar dos o tres pasitos más, y así me gané el derecho al maravilloso: -Te lo dije, buey). Terminamos pidiendo taxis, que tuvieron que ser dos porque no cupo todo en uno. En fin, que el piso 30 ya está totalmente amueblado y todo sin gastar un dólar.... excepto por los malditos taxis, claro está.

Un par de días más tarde, a eso de las 3:00pm, estaba yo a punto de salir cuando me llama el susodicho patrón y rebuzna: -Te necesito en Metrotown a las 4:00pm. - A lo cual no me quedó más que responder: - Poninas. Desde entonces trabajo con el Zibby, un polaco cinuentón buenísima onda que además le repapalotean las asiáticas. Yo creía que los mexicanos éramos de ojo alegre, pero este compa está canela, no hay peon ni fontanero que se le compare.

Mi chamba consiste en pintar oficinas y después limpiar todo el cochinero que queda (propio y ajeno, los tablarroqueros, conocidos aquí como drywallers, son unos puercos). Ya no aguanto las piernas ni los brazos ni la mano derecha; yo pensaba que lo del rodillo era más fácil... y en verdad no es difícil, pero alcanza a tener su chiste y después de dos horas pides esquina; después de ocho, como Omar Bravo, empiezas a pedir el cambio. Dentro de unas dos semanas empiezo a trabajar en la SFU (Simon Frazer University), que es una universidad aquí. Ora sí se va a empezar a poner bueno esto, yo creo.

Agora a lo que te truje, Chencha: Ha llegado Juanito Bananas, primo apreciable y querido amigo. Por lo pronto nos hicimos güeyes y lo metimos aquí al piso 30 (se supone que no deberíamos), pero en cuanto consiga chamba habrá de mudarse, aunque no estará lejos. Al ratito vamos a ir a conseguirle un teléfono pa' que empiece con lo de la chamba; si todo sale como esperamos, dentro de unas semanas es posible que todos los actuales habitantes del piso 30 estaremos chambeando en SFU, cosa que también estaría padre.

Bueno, por lo pronto los dejo porque luego me salen conque me excedo en la epstensión. Cuídense muncho. Nada me resta mas que comunicarles que me encuentro bien y de buenas; viviendo a todo mecate y chambeando mucho y de buena gana, porque la chamba me mantiene en movimiento y eso me agrada.

Un abrazote a todos, mi gente.

Oscar J. Orozco, El Tuercaslocas.

PD: Mi estimado, con todo el respeto y cariño que usté sabe, y sabe bien, que le profeso, permítome expresar mi opinión: No sea usté huevón. ¿qué le cuesta leer de vez en cuando unos parrafitos? jejeje.

La posdata tan agresiva tiene una explicación. El aludido es nada más y nada menos que mi tío Fernando, hermano de mi madre, a quien verdaderamente profeso un enorme respeto y un profundo cariño, y con quien tengo además la fortuna de llevarme fuerte pero inteligentemente en las palabras (fuerte yo, inteligente él, claro está). En aquellos días recibí del mencionado un e-mail en el que me reclamaba que mis correos parecían las epístolas de Don Melchor Ocampo o, cuando menos, las del apóstol San Pablo a los Corintios; motivo por el cual respondí a la queja - mencionada en el primer párrafo del correín este - con tanta vehemencia, edá? Eeeeey, ya le digo.

Seguiré contando desde el ombligo de la Luna. Dense un abrazote de mi parte.

Oscar Javier.

1 comentario:

  1. Mi estimadísimo Gueyby, tan muy buenas tus redacciones, entretenidas, divertidas y sobre todo me ayudan a acordarme de cosas que ya ves que a mi como q se me olvidan muchas. Lo que si es que voy a defender un poco mi persona, ya que en estos parrafos te quejas de mi terquedad, la cuál acepto (y creo viene por parte de mi señor padre) más no fué solo ese el motivo por el cual di tanta lata de llevarnos los sillones de un jalón, si no también el conocerte, que se me hacia que pa´volver por la segunda ronda ibas a ponerte rejego, o te iba a entrar la hueva (o quizá a mi), a excepción de que la chica que dono los muebles estaba rebien, no te veía animos de dar dos vueltas, agregando de que nos agarró tremendo aguacero... bueno pues he ahi mis motivos.
    Saludos mendigo y sigale escribiendo que eso al parecer si le sale medio bien jaja

    ResponderEliminar